¿Habra algo mas aparte de moho? [Libre]

Los primeros días para Octavian fueron los mas complicados, pero pese a lo extravagante e irreal del asunto las palabras de la Novena lograron ponerlo una vez mas en sus cinco sentidos luego de un tiempo. "Si despiertas en un lugar sin saber como has llegado ahí, observa. Todo, la habitación, la temperatura, la iluminación, los diferentes elementos en el suelo y muebles. Todo lo que pueda darte una idea de donde te encuentras. Unos segundos de observación podrían salvarte la vida. Ademas, eres un synertheo, un par de segundos es mas que suficiente".

Por supuesto esto era distinto a lo que la Novena tenía en mente al pronunciar esas palabras, pero el principio era el mismo, lo importante era aprender todo lo que pudiese del sitio donde se encontraba. Ademas que, en retrospectiva, no era distinto de la primera vez que fue contactado por la hermandad. No habían grandes diferencias entre abrir la puerta descubriendo la torre de la fantasía y el entrar en aquel claro en el medio del bosque descubriendo a la Novena con sus en ese entonces siete capitanes.

Lo primero que llamo su atención fue el tema de los idiomas. Aquí, convenientemente todos hablaban español, pero eso solo desde su punto de vista, aquellos venidos de otras tierras y otros tiempos verían como el resto hablaban su lengua, ¿como podía ser?. Desde su punto de vista, basado en los conocimientos del mundo y la física como el común de los mortales puede verlo, no existía ninguna explicación posible. Sexta probablemente habría pensado en otras formas de explicarlo, ¿una variante del don de lenguas? probablemente. Sin embargo, de lo poco que había visto de esta curiosa habilidad manifestada por alguno de sus "eruditos" no se trataba de otra cosa que de aprender un idioma con una facilidad alarmante. Algunos, los casos mas curiosos, con solo oír dicha lengua. Sin embargo esto era distinto, se trataba de que cada uno tenia una perspectiva distinta de lo que oía, a pesar de estar, en estos momentos, en el mismo universo y lugar.

Si se tratase de alguna clase de hechizo o magia desconocida, debía tratarse de una muy particular y poderosa, pues incluso el libro en sus manos cambiaba de contenido dependiendo de quien lo estuviese leyendo. Había descubierto con asombro como quienes leían de forma inversa abrían el libro desde el lado contrario sin encontrar ningún problema y viendo en el exactamente el mismo contenido que Octavian. Pese a la desconfianza en cuanto a la veracidad de dicho contenido que todo esto le inspiraba, había optado por verlos igualmente como un material de investigación confiable. El único material con el que contaba. Su especialidad siempre había sido la infiltración y la observación, gracias a eso se había convertido en el capitán de la octava unidad.

Su primera meta a corto plazo, era el descubrir todo lo que pudiese ser considerado de "cultura general" sobre este mundo y entonces, hacerse pasar por uno de ellos si es que era posible. "Y ya de paso conseguirte una gabardina antes de pescar una neumonia" Pensó repasando las paginas del libro entre manos. Uno de los muchos aspectos que llamaron su atención de este mundo fue su tecnología, solo compuesta por engranes y resortes. Esto no habría sido posible en su mundo, y es que aquí los materiales y minerales eran distintos. Anotaba todos los nombres que no reconocía en una libreta como posibles indicios del verdadero lenguaje local, si es que existía uno.

-Quizá en este mundo no existe un lenguaje y al ser un punto de convergencia el idioma se crea cuando lo piensas y escuchas de vuelta.- Pensó por un momento en voz alta recordando las clases de Sexta en sus días como recluta. Ella había dicho que el mundo era creado por el observador. Eso no era ninguna palabrería de bruja de la new age. Eso era ciencia. Las leyes de la física eran distintas dependiendo de si había alguien observando o no. Así como un cañón de protones captaba un patrón de interferencia entre el panel receptor y las rendijas solo cuando no existía un sensor captando el movimiento de los mismos, ¿podía esta gente comunicarse entre si de una forma que no fuera el lenguaje hablado o escrito solo cuando no existía un extraño para oírles?.

-Posible, pero no deja de ser solo una teoría. Quizá incluso solo una hipótesis. Pensó nuevamente en voz alta sin despegar sus ojos del libro mientras a su vez divagaba sobre las increíbles propiedades de algunos de los resortes y engranajes que se encontraban en ese mundo. Finalmente se sentó en una de las bancas del parque, ligeramente cansado después de tanta caminata. Por no mencionar que la insípida comida del primer piso estaba haciendo estragos en sus niveles de azúcar.

-Los encargados de la cocina no tienen consideración por aquellos pertenecientes a otras razas- Volvió a pensar en vos alta, se le estaba volviendo una mala costumbre. Se escudaba ante si mismo pensando que era una de las muchas consecuencias que tenía el pasar casi un mes sin ver a otra alma. En realidad había visto a muchos, pero no se sentía precisamente cómodo entablando conversación con personajes ficticios, le hacían recordar lo escalofriante que era la idea de ser uno de ellos, la idea de no ser mas que un personaje ficticio.

Octavian dio un respingo ligeramente mas notorio de lo esperado al escuchar la vos a su lado. Se habría preguntado de donde había salido esa niña, pero luego de haber sido abordado tantas veces de la misma forma por aurora y algunos de los chicos de Septimus se había acostumbrado a no preguntarse esa clase de cosas. Aveces era solo que había perdido la noción del mundo a su alrededor, por eso la Novena siempre le insistía que la oficina era para pensar y el exterior para actuar.

Analizo a la muchacha como era su costumbre habitual. Las trenzas y el vestido podían ser solo una indumentaria clásica, pero el español antiguo usado en sus palabras significaba que venía de otro tiempo. A juzgar por la textura y diseño de su traje una época clásica, de principios del siglo 20. Quizá antes quizá después, no estaba acostumbrado a determinar épocas y universos observando a la gente. Se mantuvo en guardia y ligeramente desconfiado por unos segundos como efecto de la costumbre y por la ligera influencia de estar perdido en un mundo completamente desconocido para el, pero el chocolate en su mano era demasiado tentador para alguien cuyos niveles de azúcar estaban por pasar de ligeramente bajos a peligrosamente bajos. Ademas, era solo una niña. A los niños les gustan los dulces ¿no?. ¿Porque habría de sospechar de una señal de amabilidad tan pura?.

-Se lo agradezco mucho. Precisamente necesitaba algo como esto.- Dijo en un tono mas bien informal. Habría intentado hablar en un español mas clásico para comodidad de la niña, pero aun no entendía del todo como funciona este "traductor automático" con el que todos contaban y sospechaba que dicho intento podría haber salido realmente mal. Ademas que tenía demasiadas cosas en que pensar como para ponerse a alterar su lenguaje, aun tenía que descubrir como hacerse pasar por uno de los locales y esto le planteaba un nuevo problema. Las costumbres lingüísticas de los lugareños y el como estas eran traducidas a su español.

-Imagino que te debo un favor- Concluyó tomando la moneda de chocolate de manos de la pequeña. El tosco recubrimiento de aluminio le lleno de un curioso sentimiento de nostalgia, no era muy diferente de las que había en su mundo y aun pese a sus detalles ligeramente distintos, seguía siendo una moneda de chocolate de toda la vida por dentro. Eso era agradable y al mismo tiempo le llenaba con un curioso sentimiento de pesar. Extrañaba su mundo y a sus hermanos. ¿Como estaría sobre llevando la hermandad su ausencia?, después de todo, las cosas estuvieron de cabeza hasta que el tomo el lugar de Octavio. La ausencia de un capitán era algo que se sentía muy en lo profundo en la hermandad. Así mismo, la ausencia de la hermandad era algo que se hacia notar fuertemente en su corazón. Luego de echarse la moneda en la boca y tragársela como si de una pastilla se tratase, decidió proseguir entablando conversación con esa amable muchacha. Quizá el saber mas de otros mundos desde la perspectiva de sus habitantes le ayudase a comprender mejor su situación, solo quizá. El motivo mas importante era que simplemente la chica le caía bien y era la mas "normal" con quien se había topado hasta el momento, por lo que exceptuando su particular forma de hablar le hacia sentir mas como en casa.

-Me llamó Octavian, Octavian Spirit, gusto en conocer...- Sintió como su boca se detuvo a mitad de la frase y como el mundo a su alrededor se sentía mas pesado y opresivo, como si de pronto se hubiese sumergido en un liquido gelatinoso y grumoso. Dejo de sentir su respiración y los latidos de su corazón así como el mundo mismo se detenía. El viento dejo de soplar, todos los sonidos se detuvieron en seco y su vista se agudizo entregándole una imagen panorámica de todo lo que estuviese en su campo de visión, permitiendole hacer acercamientos y perspectivas desde su sitio. Conocía esta sensación y sabia lo que estaba pasando, lo que no lograba comprender era el porque. Sin darse cuenta y de un momento al otro había entrado en la percepción acelerada, el tiempo bala. Con el entrenamiento de la Novena había conseguido manejarlo a voluntad y mas importante, con juicio, por lo que entrar en ese estado sin haberlo escogido era algo que se salia de toda norma. Aun así, las viejas costumbres hicieron lo suyo provocando que Octavian pensara, en esa situación lo único que podía hacer era pensar y ese siempre había sido todo el propósito de dicha habilidad, la capacidad de crear planes complejos en momentos de tensión y necesidad.

Repaso todo lo que había echo hasta el momento una y mil veces con el tiempo que le dio ese estado. Todo lo que había echo hasta ese momento, descartando todas las posibles causas y dejando solo una, aunque parecía ser la mas improbable.

"¿Acaso esta niña acaba de envenenarme?" Pensó habiendo descartado todas las posibles opciones y habiendo concluido todas las pruebas que apuntaban a eso, pero ¿porque?. ¿Porque esta niña querría envenenarle? mas importante aun, ¿con que?. Necesitaba saber si el veneno circulando su cuerpo era peligroso. Los synertheos eran resistentes a la mayoría de venenos, pero estaba claro que lo que sea que había echado en ese chocolate le estaba afectando. Ademas ella había comido uno también, ¿sabia cual tenia el veneno? ¿alguna marca? ¿bolsillos distintos? ¿un veneno que no le afecta a ella? todas esas eran opciones mas que posibles, no podía descartar ninguna. Sin embargo todas declaraban la intención premeditada de envenenarle. No podía saber del todo cuales eran los efectos de este veneno, pero si logro disparar el tiempo bala debía ser algo que afectaba su corazón o su cerebro, quizá ambos.

De cualquier forma ya había pensado lo suficiente, llegaba el momento de actuar. En el estado acelerado era capas de hacer movimientos rápidos y precisos de forma premeditada con facilidad. Gracias a esto, en lo que para el fue mas de media hora pero que para ella debieron haber sido un par de segundos, consiguió cubrir la cabeza de la niña con su chaqueta sin mangas para obstruir su visión y colocarse justo detrás de ella colocando su bolígrafo a la altura de su nuca. Desde la perspectiva de lo que sea que fuera esa cosa con cara de niña no debería ser distinguible de un cuchillo o un objeto afilado y potencialmente peligroso. Ya había logrado colocarse en una posición ventajosa, cosa de suma importancia al activar el tiempo bala. Después de todo, acabado el efecto el cansancio posterior podía dejarle indefenso. Una vez el tiempo volvió a su flujo normal sintió como el mundo se le venía encima con el peso de un junke, dejando su respiración pesada y haciéndole sudar gruesas gotas en su frente. Estaba agotado, muy agotado, pero no debía demostrarse débil, ahora debía parecer peligroso, solo así conseguiría sacarle algo de información ahora que el mantenía la ventaja.

-¿Que me has metido y porque? si no respondes correctamente te mato. Dijo sin vacilación ni temblor en su voz, realmente estaba inseguro sobre lo que estaba haciendo y no sabia muy bien que hacer si su intimidación fallaba, pero la Novena le había dicho que en esas situaciones uno debía lucir determinado. Sin temblar, sin vacilar y sin dudar, de esa forma, aunque realmente no seas capas de hacer lo que dices que harás, tu adversario te creerá capas de ello y eso es todo lo que importa.

-Responde- Subrayó con una voz fría como el hielo sintiendo como la falta de azúcar comenzaba a nublarle ligeramente la vista. Lo que hiciera de aquí en adelante debía hacerlo rápido o podría desmayarse en territorio hostil.